Hace algún tiempo me he estado cuestionando el hecho de que cómo podemos estar completamente seguros cuando escogemos, algo tan sencillo que nos lleva a pasar noches enteras de divagación, sin contar que al final de cuentas escogemos lo primero que habíamos pensado escoger.
Así es como había empezado este año, llena de cavilaciones y expectación de lo que me depararía el 2009, y sin más ahora me encuentro a mitad de año llena de cosas que no estaban dentro de mi presupuesto emocional.
Cuando uno recién va a comenzar una etapa se llena de tantas falsas expectativas y por sobre todo de ilusiones, pero también te llenas de resignación en cuanto a otras...
Es ahí donde la vida te sorprende, y te posiciona justo al frente del más asombroso suceso, el cual llega a remecer todo el mundo que existe alrededor de nosotros.
Pero, ¿cómo entras las desiciones aquí?...entran de la manera menos pensada, sólo pasan a ser una aceptación o una negación de lo que estamos decidiendo.
Después de un tiempo me pongo a analizar que sucedería si mis desiciones hubieran sido otras, sería mejor?, sería peor?, o simplemente no hay forma de cambiar los hecho y todo sería igual?...
La mejor manera en que pude ver esto es así: cuando uno llega al punto de llegar a pensar en el "que pasaría si.." sólo le estás dando inseguridad y poca importancia al suceso de tu vida que está comenzando y por el cual deberías entregarte a fondo, uno depués de todo puede optar y elegir hasta que punto somos vulnerables y aceptamos las cosas, nosotros elegimos ser de determinada forma, nuestras acciones son nuestras elecciones, por lo cual ahora sólo creo que debo remontarme a disfrutar mis opciones.
Si disfruto lo que escojo, no hay manera de que sea una mala elección para mí; las acciones que realizamos si afectan a los demás, pero si somos felices con lo que escogemos, por qué eso debería ser malo para otra persona?.
En fin mi opción de este año es entregarme a mi elección de ser feliz, conciente y completa.